Influida por mi etapa laboral como auxiliar de enfermería, trabajando con personas mayores y fascinada ante la perspectiva del estadio final de nuestra vida, decido escribir esta pequeña novela en la que trato de desentrañar la vida cotidiana y las reflexiones de una mujer ingresada en un geriátrico, de una mujer que podría ser yo, que podría ser cualquier hombre o mujer que se decida a abrir estas páginas. Una persona llena de lo vivido y encaminada hacia el olvido que todos seremos. El amor, la nostalgia y la ilusión se encadenan por igual en esta historia en la que la ternura recubre muchas de sus páginas.
A través de la misma, podremos asomarnos a la realidad de la rutina en un geriátrico, a la lenta pero implacable difuminación de una persona mayor en uno de estos centros y en la propia vida. ¿Qué es lo que nos queda cuando hemos perdido todo, cuando hemos sido despojados hasta de nuestra propia identidad como personas? ¿Cómo se enfrenta uno ante todo lo vivido y lo ya imposible de vivir? ¿Cómo uno es contemplado por los otros? ¿Cómo sobreponerse a la invisibilidad?