El árbol junto a la casa de Juntas de Guernica, el célebre cuadro de Picasso La muerte de Guernica y el caserío Errotaberri, cerca del monte Oiz (Vizcaya), sobrevivieron al bombardeo y a la destrucción de dicho pueblo el 26 de abril de 1937, convirtiéndose de este modo en símbolos de la Guerra Civil española y la intervención alemana.
La familia Ansotegui -el abuelo Pascual y la abuela Ángeles, con sus tres hijos Justo, Joseph y Xabier y su nieta Miren-, sin ser culpables de nada, cargarán con la responsabilidad del bombardeo sin poder olvidar jamás lo ocurrido. Desde 1893 hasta 1940, el hermano mayor, Justo, se hace cargo del caserío, como era tradición en aquella época, y mantendrá vivo el espíritu de su hogar conviviendo con su mujer, su nieta, amistades del pueblo,... siempre defendiendo la cultura vasca.
Los edificios, paseos, mercados, etcétera, todos destruidos, serán reconstruidos, pero las personas muertas no podrán ser nunca reemplazadas... Algunas cosas resistirán, como el árbol y Errotaberri, mientras que Franco ya no podrá ver bailar ni sonreír a los nietos de Ansotegui.