Pocas poetas tan personales y tan verdaderas como Emily Dickinson. Ellector que por primera vez se asoma a sus versos puede experimentar el mismo rechazo que sintieron sus contemporáneos y que la obligó apermanecer inédita. Emily Dickinson escribe como nadie había escritoantes y como pocos se atrevieron a escribir después. Le gusta poner aprueba a los lectores. Parece esconderse tras la sintaxis y la muypeculiar ortografía y puntuación. Pero vale la pena superar la inicial impresión de extrañeza. La soledad sonora de sus versos, su lúcida ydeslumbradora melodía, nunca la habíamos oído antes, nunca querremosdejar de escucharla.