Zaragoza, julio de 1808. Una mujer de poco más de veinte años arranca el botafuego de las manos de un artillero muerto y dispara el cañón que éste tenía a su cargo. Su intervención, tan arriesgada como valiente, obligó a retroceder a la tropa francesa que amenazaba la zaragozana puerta del Portillo y permitió al general Palafox reestructurar la defensa. La mujer había nacido en Barcelona en 1768, se llamaba Agustina Saragossa y pasaría a la historia como Agustina de Aragón.
Poco más se sabe de ella. El mito la convierte en la más popular de las heroínas de la Guerra de la Independencia pero, tras su gesta y después de recibir de la Corona el cargo y sueldo vitalicios de alférez de Infantería como reconocimiento a su valentía, su nombre se pierde para la historia. ¿Qué fue de Agustina al finalizar la contienda? Y aún más, ¿qué hacía en Zaragoza la joven esposa de un artillero que por entonces se hallaba de operaciones en Belchite? ¿Desde cuándo reposan sus restos en Zaragoza si murió en Ceuta? A la luz de la documentación existente y de la tradición, María Pilar Queralt del Hierro da respuesta a estas y otras preguntas, y recrea la peripecia vital de una mujer envuelta en la bruma de la leyenda, con el telón de fondo de la apasionante y apasionada España que vivió una de las mayores convulsiones políticas y sociales de su historia.