Más cerca de los cincuenta que de los cuarenta, Joana se ve forzada a reinventarse. Tiene el estímulo y las inseguridades de un nuevo cargo como jefa del área de Restauración y Conservación del MNAC, dos hijos adolescentes que empiezan a hacer su vida y el exmarido que, años después de la separación, le pide el divorcio para casarse con una mujer con la que espera un hijo. Introvertida y observadora, Jana se esfuerza por descifrar los cambios de su entorno y algunos hechos que la inquietan: el vigilante del museo que ronda cerca, varios asesinatos en su ciudad y, sobre todo, un hombre con el que pasó dos noches hace años y que reaparece en su vida a pesar de la enorme distancia geográfica que los separa. Jana sabe que, a pesar del paso del tiempo, las obras de arte pueden recuperar el misterio y la emoción. También en su vida, que entra en una nueva etapa, reaparece una llama que arde con un deseo y unos miedos renovados.