La relevancia histórica y política de Alemania no la vamos a descubrir en unas cuantas líneas. Pero la importancia turística no ha parado de crecer en las últimas décadas gracias a sus maravillosas ciudades y pueblos, y a enclaves tan interesantes como la capital, Berlín, a la cabeza de las vanguardias culturales y artísticas de Europa. Un periplo por el país que es sinónimo de orden y eficacia, debe incluir ineludiblemente la ciudad de Múnich, capital de Baviera y una de las concentra mayor animación, gracias a su célebre Festival de la Cerveza; Dresde, la Florencia alemana); la independiente Hamburgo, de espíritu marinero con sus lagos y canales; Münster, donde confluyen el románico, el gótico y el barroco en un impresionante casco antiguo; Bremen, conocida por la historia de sus Cuatro Músicos; Nüremberg, delicadamente rehabilitada tras la última guerra; o Colonia, cuya catedral es una de las imágenes más conocidas del país. Pero Alemania también nos deleita con lagos pintorescos, paisajes alpinos y regiones como la mítica Selva Negra, con bellos paisajes de montaña y ciudades como Friburgo o Stuttgart El Valle del Rin, entre Mainz y Coblenza, nos ofrece un recorrido sugerente y lleno de encanto por donde discurre uno de los ríos más importantes de Europa, mientras atraviesa pueblos de medieval estampa. Un recorrido por el país de la cerveza, las salchichas y los coches de lujo, sin duda nos dejará un recuerdo imborrable.