Alfonso X el Sabio fue, sin lugar a dudas, el monarca más universal y brillante que produjo la Edad Media hispánica tanto por la amplitud de sus conexiones, por la vastedad de su cultura, por el hálito renovador de sus leyes como por la enerosidad y ambición de sus empresas artísticas y culturales. También fue un rey controvertido, en vida y en muerte. El triste final de su reinado ?abandonado por muchos, traicionado por su hijo y negado como rey por buena parte del reino? ha llevado a los historiadores a efectuar un balance excesivamente negativo y a distinguir, de manera errónea, entre su fracaso como político y gobernante y sus logros en el campo de la cultura. Alfonso X vivió en una época histórica splendorosa, pero también plagada de dificultades. Su época fue una etapa de grandes cambios, y el Monarca, sin duda, contribuyó a transformar profundamente su reino, introduciendo de forma decidida a Castilla por la senda de eso que los istoriadores llamamos el Estado Moderno. Y lo hizo de forma consciente, aunque muchos de sus proyectos y directrices se vieron, aparentemente, abocados al fracaso.