¿Qué tenían en común Chelsea Lattimer y David Winter? Además de estar solteros, ser atractivos y tener éxito... absolutamente nada. Ella era una escritora de novela romántica con un carácter abierto y alegre, y él un médico excesivamente serio. Pero existía entre ellos una atracción que no podían ignorar, y cuando David decidió convertirse en uno de los protagonistas de las novelas de Chelsea, descubrieron lo que tenían en común... algo mágico.