La primera vez que me encontré con Simone Veil fue para proponerle hacer un documental sobre su vida. En el primer encuentro se creó una forma de intimidad. Nos llamábamos a menudo. Le prometí a Simone Veil que algún día retomaría esas conversaciones. Cumplí mi palabra por primera vez en la ceremonia que tuvo lugar en el Panteón. Este libro es la segunda parte de mi promesa.