Este libro describe las experiencias de los embajadores extranjeros destinados en España durante el largo reinado de Felipe IV (1621-1665). A través de una selección de diplomáticos de diversas nacionalidades (del Sacro Imperio, la Santa Sede, Francia, Inglaterra, Venecia, Toscana, Génova, los pequeños estados italianos, Suecia, Dinamarca, Polonia y el Imperio otomano) se dibuja un amplio panorama de las misiones políticas ante el Rey Planeta y los intereses personales en el Madrid del Siglo de Oro. A través de sus distintas percepciones de la corte de los Austrias y la vida en una ciudad que se había transformado por completo para convertirse en la capital de una monarquía universal en las décadas centrales del siglo XVII, estos hombres ofrecen un testimonio fascinante de las interacciones en la escena internacional entre un Estado dominante que luchaba por conservar su papel hegemónico y una serie de potencias que iban desde aliados cercanos hasta enemigos declarados.