Aplausos robados
Cuando la cantante de música country Priscilla Jayne Morgan tuvo que despedir a su mánager, la prensa sensacionalista trató de sacar el máximo provecho de la historia. Entonces, su discográfica contrató a un guardaespaldas para que la acompañara durante la larga gira de verano, y eligieron precisamente a Jared Hamilton, el hombre al que Priscilla había adorado en otro tiempo.
Ya no le importaba lo guapo y sexy que fuera. Habían pasado muchos años y no iba a permitir que le dijera lo que tenía que hacer
Volcán dormido
Jane estaba segura de que nada podía hacerle perder la cabeza hasta que conoció a Devlin Kavanagh, el encargado de reformar la mansión que ella y sus dos mejores amigas acababan de heredar.
Dev podía ocuparse de las reformas con los ojos cerrados, pero no podía borrar de su cabeza la imagen de la propietaria. Su severa indumentaria y sus rígidos modales aconsejaban mantener las distancias, pero sus ojos azules y sus zapatos de tacón sugerían que tras su gélida fachada se ocultaba una mujer apasionada.