Prisión de Burgos, diciembre de 1962. Seis presidiarios 98 ?uniforme de color marrón, cara helada? discuten sentados entre dos literas de una de las celdas del penal más frío de España. Es una reunión del comité del Partido Comunista de España en la prisión.
El régimen aparentemente se tambalea y uno de los presos, el vasco Ramón Ormazábal, predica a sus compañeros: «¡Aquí no hemos venido a estudiar!». Manuel Moreno Mauricio, antiguo guerrillero, recluido desde 1947, y secretario de organización, no está de acuerdo. Aquí hemos venido a estudiar.
Ambos intuyen que algo está cambiando, pero llegan a conclusiones distintas. Ormazábal cree que hay que acelerar la lucha, liderar una oleada de protestas desde el interior del penal, convocar huelgas de hambre y desafiar cada día a la autoridad. Moreno cree que los presos tienen que prepararse intelectualmente para la libertad y defiende una resistencia a largo plazo.
¿Se tambaleaba de verdad el franquismo o era solo una quimera? ¿Estudiar o pasar a la acción? ¿Ir paso a paso o acelerar? Dilemas de ayer, de h