La cultura está ganando importancia en nuestras economías y se ha convertido en un motor clave para el desarrollo económico en las sociedades avanzadas. En los últimos años, las instituciones culturales han visto ampliado su papel puesto que ya no solo se les encomienda la tarea de educar, preservar y difundir el conocimiento, sino que se conciben también como una herramienta de progreso e integración social que refleja la prosperidad de una comunidad. Las empresas participan de forma activa en el mundo cultural destinando parte de sus beneficios a la realización y difusión de actividades culturales. Un mayor conocimiento del entramado cultural permitirá a las empresas no solo participar en el desarrollo de proyectos que aporten beneficios en consonancia con su estrategia corporativa, sino maximizar su impacto en la sociedad incrementando su exposición pública. A través de capítulos conceptuales y casos prácticos, este libro analiza y aporta nuevas perspectivas en la dirección de las instituciones culturales desde la óptica del mundo de la empresa, para mejorar su competitividad y productividad. Por su parte, el sector cultural también tiene enseñanzas que aportar al mundo de la empresa, de ahí que este libro sea una propuesta para generar fertilización cruzada entre ambos mundos, que lleve a mejoras de gestión y desarrollo económico.