Durante la celebración del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, un violinista búlgaro es asesinado misteriosamente en el interior de la capilla del Palacio de Carlos V.
La precisión con que se ha cometido el crimen y la aparente ausencia de un móvil hacen que los inspectores Narváez y Molina persigan a un criminal que se ha vuelto invisible y les hace dudar de su existencia.
Sorprendidos por la relevancia internacional que va adquiriendo el caso y el laberinto sin salida en el que se ven atrapados, la captura del asesino se va convirtiendo en una verdadera obsesión para ellos.