De lo que aqui? se ocupa el autor puede tenga que ver con eso que e?lllama «la esencia de la vida». Y se ve, como Char- les Kinbote tras la sombra de Jhon Sha- de en Pa?lido fuego, buscando su propio reflejoen los crista- les que nunca esta?n en el mismo sitio y tantas vecesson el mismo cristal. El de la vida.
La escritura de Atalayaes premonitoria en todo. El autor ocupa?ndose de su escritura y eldestino escribie?ndolo.
Atalaya viene acompan?ada por lasbellas y enigma?ticas fotografi?as de Paz Juristo. Las palabras deA?lvaro del Castan?o no se buscan en esas fotografi?as, ni estasprecisaron de ellas para ser hechas, pero lo cierto es que funciona el encuentro porque tambie?n tras los cristales de la foto?grafa, los de sus ojos y los de su ca?mara, se nos muestra esa vida, con su afueray su adentro de luces y de oscuridades.