Desde pequeña le fascinó bailar, pero no se dedicó a ello porque sufrió el hambre y el frío de la segunda guerra mundial. Con tan solo 12 años se unió a la resistencia contra la ocupación nazi. Llegó a Broadway un poco por azar, y una vez allí fue inevitable triunfar.Recordando siempre su pasado se unió a UNICEF y llevó adelante muchísimas campañas de ayuda humanitaria. Las palabras de Daniel Balmaceda y las bellísimas ilustraciones de Pablo Bernasconi dan vida a esta emocionante biografía.