En cuanto los muertos vivientes surgieron por todo el mundo, un grupo de valientes médicos y científicos intentaron encontrar una curación mediante la aplicación de técnicas forenses a los zombis capturados. En una isla remota este equipo de doctores, capitaneados por la audaz microbióloga española Blanca Gutiérrez, fue confinado en condiciones extremas para hallar una cura radical a la epidemia mediante sus propias investigaciones y las teorías de un reconocido experto, el Dr. Stanley Blum. De ahí nace la base de este informe en el que por primera vez se demuestra la biología única de los organismos zombi.