Max Beckmann (1884-1950) encontró su tema central en la soledad del hombre del siglo XX, amenazado por la catástrofe y dividido entre el materialismo y la libertad de mente y espíritu. Sus primeros cuadros mostraban la influencia del impresionismo, con una preponderancia de los temas bíblicos, históricos y alegóricos. La Primera Guerra Mundial le causó una profunda impresión: en algún lugar entre el impresionismo y la Neue Sachlichkeit (Nueva Objetividad), las formas concisas y los contornos duros en sus memorables pinturas y obras gráficas mostraban al hombre al límite de la resistencia física y mental. Más tarde, la dureza y sensibilidad de su estilo se suavizó y sus colores se volvieron más radiantes, pero la monumentalidad permaneció. Teatro, circo y music hall se convirtieron en parábolas de la existencia humana.
El trabajo de Beckmann se preocupa por las condiciones fundamentales de la existencia humana y el trágico enredo del ser humano dependiente de los caprichos de los dioses, la sexualidad y la sociedad. Su implacable búsqueda de conocimiento, su inflexible dedicación a la obra y su confianza en el poder de su forma y color proporcionan a su trabajo su carácter distintivo y fascinante, y le han otorgado un lugar destacado entre los artistas del siglo XX.
Esta monografía presenta más de 180 imágenes de obras desde 1907 hasta 1950, incluyendo muchos de los famosos autorretratos y trípticos de Beckmann (como Tentación de 1936/1937). Ensayos biográficos abarcan sus años de guerra, los veinte en Fráncfort, sus años de exilio en Amsterdam y su emigración a los Estados Unidos, donde murió; el material adicional incluye fotografías en las que se basan muchas de sus pinturas, diversas tomas de exposiciones, e imágenes de otros artistas como Pablo Picasso, Eugène Delacroix, Max Ernst y Edvard Munch que permiten visualizar las inspiraciones y el contexto de Beckmann.