Apenas duerme; come con una mano y dispara con la otra; truena y relampaguea contra los cobardes, los retrasados y los bribones. Tiene una palabra que quema, unos ojos que petrifican y una barba revuelta y negra, que mete para convencer en todas las bocas y que es el terror de moros y alemanes. Miguel Hernández ¿Por qué se convirtió en un mito un militar rudo, analfabeto, simple e indisciplinado, que ni siquiera sabía interpretar un plano? Valentín González, el Campesino, toda una leyenda de la Guerra Civil española, fue uno de los personajes más controvertidos del siglo pasado. Caín, como le llamaban en la Legión, fue para muchos un ser perverso, atroz y sanguinario. Otros, como el poeta Miguel Hernández, lo consideraron siempre un apasionado volcán inagotable. Santiago Peláez, veterano periodista, le entrevistó en Metz, una pequeña ciudad francesa, en 1977, con el fin de desvelar la historia real escondida detrás del mito de aquel extremeño indomable. Pues, según palabras del propio Campesino, no había ni una sola verdad en todo lo que se había escrito sobre su vida. Una valiente y singular