Poderosa, honda, original, la obra de Mercedes Roffé constituye uno de los más remarcables ejemplos de la lucha que el poema continúa librando por restituirles a las palabras los significados que les fueron despojados. Como toda verdadera poesía, esta escritura ilumina su presente y las circunstancias en las cuales ella surge y, al mismo tiempo, emprende el retorno a ese pasado inmemorial donde las cosas y la voz que nombra las cosas cancelan sus fronteras. Es la apelación a ese acuerdo perdido lo que le da a un poema como Canto errante su desgarradora sacralidad.