La espectacular Operación Malaya, que puso Marbella patas arriba, fue la culminación de una estrategia de acoso y derribo puesta en marcha a raíz de la moción de censura contra Julián Muñoz, un alcalde chusquero cuyo endiosamiento y ansias de andar en coplas lo enfrentó con la mayoría de sus compañeros.