Con Charlas del nunca, el autor cede el protagonismo a grandes personajes de la historia, desde actrices de Hollywood al mismísimo Jesucristo, entablando con ellos un diálogo caracterizado por sus singulares metáforas y particular sarcasmo.
"Las Charlas de Nunca son el ejercicio de ventriloquia periodística más grande que jamás haya soñado entrevistador alguno. Sin el riesgo del desmentido, que siempre provoca situaciones desagradables, Alvite se desdobla en el que pregunta y en el preguntado. Y más de uno sale ganando, porque cuesta imaginar a Marilyn Monroe declamando para el New York Times que el himen fue menos importante en su vida que la última cereza del Martini. El autor de esa frase que dice que el amor eterno es aquel cuyo fracaso se recuerda siempre es generoso, incluso, para repartir pedreas de inteligencia como un donante de sangre que tuviera excedente de cupo".
- Nacho Mirás Fole