La oscuridad siempre trae consigo sorpresas y no siempre son gratas. Misterio y miedo... solo hay que saber mirar dentro de uno mismo para encontrar lo que otros esconden.
En medio de aquel campo, que sembró el horror de ese pueblo, no solo encontré su sangre sino las huellas desaparecidas de parte de la mía. Lo que nadie imaginaba es que esas huellas dirigían mi rumbo, un camino al que no hubiera imaginado enfrentarme. Despertó en mí de nuevo la pesadilla que años atrás creí enterrada y con ello encontré la mitad que me faltaba.
Sangre, dolor, injusticia.... cuesta mucho enfrentarse a los demonios del pasado, pero hasta el camino más oscuro termina en luz.