¿Cuál es el precio que pagamos por vivir en el supuesto Paraíso? ¿Qué estamos dispuestos a hipotecar para pagarlo? El pobre Fausto vendió su alma al diablo por unas migajas de gloria, pero ¿qué estaríamos dispuestos a pactar nosotros por un poquito más de felicidad? ¿No es precisamente ese el trato que firmamos a diario? ¿Es posible obtener el paraíso sin fajarse en los sótanos del infierno? Estas son algunas de las preguntas que tratará de responder esta novela, plagada de personajes que se mueven en el límite de la moralidad y la incorrección.
Gerard oficia de negro literario para un conocido escritor a punto de despedirse del mundo. Cuando conoce a Blanche, una antillana con ínfulas artísticas, enferma de melancolía, sabe que se enfrascará en una aventura tempestuosa, pero lo que ignora es que, tras varias tormentas, su amor culminará con la recreación milimétrica de la isla de Curaçao en el ático que comparten. Poco a poco, exiliados de la realidad, desesperados, irán constatando que París está llena de gente como ellos, atrapados en sus propios guetos inverosímiles, poniendo contrafuertes a las crecidas del hastío y adentrándose sin saberlo en las barreduelas del infierno.