Comer es un goce. Lo hacemos, al menos, cinco veces al día: desayuno, comida y cena; con el bocadillo de media mañana, cuatro. Con la merienda, cinco. En ocasiones, además, picamos algo entre horas de la nevera. Parece que no hacemos otra cosa.
De la relación entre la comida y la cocina da cuenta este libro de versos para abrir el apetito.