Vamos a contar hasta infinito. Empiezas por el uno y a partir de ahí es fácil. Eso sí, hay un problema: te va a llevar bastante tiempo, sobre todo hacia el final. Tu vida, finita, se agotará y no podrás seguir contando. Porque, ¿acaba alguna vez el infinito? ¿Alguien ha llegado? Por eso, precisamente, vale la pena pensar en el infinito: vale la pena soñar con todo lo que pasa más allá de nuestra corta existencia.