Estamos viviendo tiempos realmente inquietantes caracterizados por una profunda confusión y desorientación. Y el uso de las pantallas en niños y adolescentes no hace sino agravar el problema. En este libro, Francisco Villar reflexiona sobre el impacto negativo de la digitalización no solo en el neurodesarrollo de nuestros niños y adolescentes, sino también en su desarrollo social, afectivo y relacional. El uso de las pantallas afecta directamente a la salud e interfiere en las actividades que ayudan a un sano crecimiento. Como consecuencia tenemos adolescentes menos empáticos, menos reflexivos, con un menor control de sus impulsos, con poca tolerancia a la frustración, desensibilizados ante la violencia y el sufrimiento del otro, pero también más propensos a ser victimizados y a ejercer violencia contra sí mismos. De ahí que el objetivo de estas páginas sea la protección de nuestros menores, de su desarrollo y de su formación como personas. ¿Cómo podemos frenar esta constante interferencia en el sano crecimiento de nuestros hijos? ¿Cómo impedir que las pantallas sigan devorándolos? ¿Somos los adultos