«La lucha antiterrorista es andar descalzo por un filo que corta. En un lado está la legalidad y en el otro la ilegalidad. Para poder avanzar, unas veces hay que apoyar el pie en uno de los lados y otras en el otro. Es mentira que solo con el Estado de Derecho se acaba con el terrorismo. Quien diga lo contrario falta a la verdad o no sabe de lo que habla.» Esta reflexión es del comisario jubilado Enrique Pamies, apodado «Lleida», exjefe superior de Policía del País Vasco en el momento en el que ETA fue derrotada. Estuvo destinado en esa comunidad 30 años, siempre en primera línea de lucha. El policía al que el caso Faisán obligó a jubilarse de forma anticipada, relata por primera vez lo que vivió en esas décadas de sangre y heroísmo, de angustia y llanto, de trabajo incansable y de gravísimas renuncias personales. Los autores no pretenden escribir la historia de la lucha contra ETA, no reparten carnés de héroes o de villanos, no intentan convencer a nadie de que Pamies ha derrotado a la banda, o que, sin su trabajo jamás se hubiera conseguido? Solo garantizan que lo que aquí se cuenta ocurrió. Al menos, a