Él era el último libertino
Sus amigos, tan libertinos como él en el pasado, ya habían sucumbido y eran personas respetables, por eso, cualquiera podría pensar que el depravado Riordan Barrett sería el siguiente. Sin embargo, esos finales felices no eran para él, toda la sociedad sabía que en ese cuerpo magnífico y pecaminoso no había ni un solo hueso que pudiera redimirse.
Entonces, de la noche a la mañana, Riordan se encontró siendo conde y padre de dos pequeños, cuando solo tenía experiencia en el arte de la irresponsabilidad. El libertino necesitaba ayuda y contratar a una institutriz guapa y joven no sería un sacrificio demasiado grande
La delicada e inocente Maura Caulfield era la única mujer de Londres que parecía no conocer las escandalosas costumbres de Riordan. Sin embargo, eso no duraría mucho, él le enseñaría lo maravilloso que podía ser pecar...