A través de un sincero elogio a la música de los años 80 y el ambiente que se respiraba en esa época, Ramsés, el protagonista de esta increíble historia, recuerda la libertad sexual, artística y personal de su grupo de amigos. Como símbolo primario de toda aquella movida, Alaska es uno de los iconos favoritos que marca una actitud rebelde junto con otros artistas cuyos ritmos, melodías y letras sirven de banda sonora en esta historia de amistad, traiciones y perdón.