El uso de la información que se genera en los sistemas de comunicación no verbal es esencial para comprender el desenlace de muchos procesos comunicativos. Aunque para algunos represente una cuestión anecdótica, lo cierto es que nos atraen las personas que presentan una posición facial positiva o las que mantienen, mientras nos hablan, los hombros alineados y ligeramente adelantados, transmitiendo que contamos con toda su atención. También la distancia entre los interlocutores o el movimiento de brazos con el que damos ritmo a nuestro discurso forman parte del mensaje.