La senda espiritual es como cualquier camino: hay baches y desvíos. Para andarla con seguridad se necesita una cualidad muy poco enseñada pero que resulta crítica: discernimiento. Mariana Caplan nos enseña a desarrollar el criterio necesario para llevar una vida espiritual con inteligencia y claridad.
¿Tiene que ver la iluminación con una felicidad repentina o más bien con desmantelar nuestras ilusiones? ¿Cuál es el mejor modo de trabajar el ego y la sombra? Aquí se responden a estas y otras cuestiones, ofreciendo a practicantes de cualquier tradición una guía para transitar el laberinto de creciente sutileza que define a una vida espiritual genuina.