En este edificio de la Via Vermeer de Roma todo es excesivo: el sexo, la comida, la violencia y el calor agotan hasta al más fuerte de sus inquilinos. Esta novela se propone invertir el apasionado análisis urbanístico que hizo Pasolini hace más de treinta años: no son las barriadas las que se están aburguesando, sino que es la burguesía la que se está "arrabalizando".