Strindberg puso el subtítulo de «comedia» a Crímenes y crímenes, pero en un sentido casi dantesco del término. En efecto, en esta obra, lo que vive el protagonista, el dramaturgo Maurice, es un infierno en la tierra. Sus pecados de lujuria, con la tentadora Henriette, y de soberbia, en el afán de conseguir el éxito personal, lo llevan a «extraviar el recto camino», incluso a desear que su hija Marion no hubiera nacido jamás, y a vivir unos días de acusaciones y humillaciones en la caída hacia los abismos desde el carro de la gloria efímera.
La segunda obra, El padre, gira alrededor de las figuras de un modélico capitán de Caballería y de su mujer, Laura claramente inspirada en Siri von Essen, mujer de Strindberg, en desacuerdo sobre el futuro y la educación de Bertha, su única hija. Ya que la legislación sueca de entonces impedía que la mujer pudiera decidir sobre el futuro de la prole, Laura urde toda clase de artimañas para que se le declare loco al capitán y así obtener la potestad sobre Bertha. Sin embargo, el capitán, en esta nueva lectura del mito de Heracles y Onfalia, parece ejercer sus derechos hasta que, de manera sutil, Laura consigue introducir en la mente del capitán una duda atroz: ningún hombre puede estar seguro de ser el padre de los hijos de su propia esposa...
En este volumen reunimos dos de las obras más célebres del genio sueco, obras escritas en épocas diferentes, pero con unos temas fundamentales en común: el amor en el seno de un matrimonio que se vuelve una jaula infernal, y la paternidad: en ambos casos, es el destino de una hija lo que da origen al desarrollo de las obras.