La crisálida que quiso subir al Everest es un verdadero canto a todo aquello que anhelamos. Tras tanta historia, tanta literatura, tanta poesía, no es fácil encontrar la forma precisa para reflejarlo, para que no suene a todo lo ya dicho. El sentimiento humano no se inventa, es. La maravilla estriba en saber hallar una forma propia de hacer latir la palabra mediante la cual transmitirlo.