Ruby es una niña de fiar (o eso parece), Arthur es obediente (más o menos), Harry se come todas las zanahorias (pero... ¿se las come de verdad?), Gloria ayuda a su madre (o lo intenta). Como todos los niños y niñas perfectos (¿no?). Ocho pérfidos y deliciosos cuentos que nos muestran con una ironía mordaz a más no poder, que ser un niño perfecto es una bonita cosa, pero no es demasiado divertido.