Por primera vez se reúnen en un libro los escritos místicos de los científicos más eminentes de nuestra era, los padres fundadores de la Relatividad y de la Física Cuántica. Todos ellos, con un lenguaje asequible y ajeno a la terminología técnica, expresan su convicción de que la física y la mística, de alguna manera, son complementarias. Ciertamente, el autor de la compilación, Ken Wilber, nos previene contra la ya abusiva tendencia a ligar la suerte de la mística con el nuevo paradigma de la ciencia. Son cosas diferentes que, precisamente en tanto que diferentes, pueden convivir. Pero queda intacta una pregunta: ¿qué fue lo que llevó a científicos tan diversos a compartir una visión mística de la realidad? Ello es que Heisenberg, Schroedinger, Einstein, Jeans, Planck, Pauli, Eddington, todos, sin excepción, acabaron teniendo una concepción trascendente del mundo donde la dualidad entre materia y espíritu quedaba sobrepasada. Y que esta concepción les vino como remate de una postura crítica y no irracional. Nos encontramos, pues, ante el aspecto más hondo y apasionante de la ciencia de nuestro tiempo. La