Tras el término de la Guerra de Secesión, varios miembros del Gun-Club (dedicado a la confección de armas
de guerra) se encuentran sin trabajo y se ponen manos a la obra con la construcción del mayor cañón del mundo jamás
creado. Pero también quieren apuntar a la Luna, destruirla, por supuesto, y conseguir así la popularidad y disfrutar de
la gloria de ser los padres del ingenio. Un arriesgado aventurero los disuade de lo contrario: propone cambiar la bala
de cañón por un proyectil cilíndrico hueco donde puedan viajar algunos hombres. La idea es aceptada con gran revuelo y
los hombres se preparan para el viaje.