De la Tierra a la Luna y, su segunda parte, Alrededor de la Luna, fueron compuestas en 1865 por el francés Julio Verne (1828-1905), recomendándose su lectura una detrás de la otra. Levantaron una oleada de polémicas y críticas periodísticas llegando a tacharse a su autor de fantasioso y visionario y hasta se afirmó que incluso su personalidad era inexistente, que Julio Verne era solamente el pseudónimo de una sociedad científica. Pero el escritor, imperturbable, continuó su tarea componiendo la colección de novelas de ciencia-ficción más impresionante que se haya escrito jamás. Casi todas (por no decir todas) sus predicciones se cumplieron no siendo una excepción las dos dedicadas a alcanzar nuestro satélite.