Las beatas dejarán paso a las petimetras, los jesuitas cederán su sitio a los lechuguinos, y la reina con los apellidos más húmedos destronará a la dama de las patillas. Surgirán dientes de ahorcados, prodigiosas velas, urracas cleptómanas o moscas comedoras de carne, y expresiones tan comunes como ôdorar la píldoraö, ôirse al quinto pinoö, ôdormir la siestaö, ôcarne de cañónö o ômatar el gusanilloö adquirirán un nuevo sentido. Antonio Balduque nos guiará por la Comunidad de Madrid y, de posta en posta, descubriremos presidiarios en el Pontón de la Oliva, degollados en Somosierra, ahorcados en El Berrueco, palúdicos en Aranjuez, duelistas en El Retiro, cortejos en El Prado y mamelucos en la Puerta del Sol. Soldados, loberos, reyes e infantas les están esperando. Seguro que no les defraudarán. Reyes, bandoleros, duelistas, presidiarios, arcabuceros o petimetres se mezclarán en estas líneas madrileñas con amas de cría, reinas, cortesanas, beatas o cotillas. Junto a estos curiosos personajes el lector irá descubriendo dichos o expresiones populares de uso corriente que en la mayoría de los casos desconoce cuál