Francisco García Morilla, doctor en Teoría de la Literatura por la Universidad de Sevilla, en la que se licenció en Filología Hispánica con Premio Extraordinario, es profesor de Lengua Española y Literatura en el Instituto San Jerónimo de Sevilla. En sus trabajos de investigación destacan los estudios sobre José Manuel Caballero Bonald, Miguel de Cervantes, Luis Cernuda y Rafael Adolfo Téllez.
De memorias y ficciones supone un análisis de la narrativa de José Manuel Caballero Bonald con el objetivo de exponer las claves de su teoría novelística de manera que permita a los lectores un mejor acceso a su mundo de ficción.
Las novelas de Caballero Bonald constituyen un intento de aproximación crítica al conocimiento de la realidad a partir de las experiencias vividas y recuperadas por la memoria. Se puede afirmar que su literatura responde a los principios de la poética del conocimiento, que sintetiza los fundamentos de su teoría literaria: el afán cognoscitivo, el compromiso moral de la literatura, la experiencia personal como origen de la creación artística, la obsesión por el lenguaje y la preocupación estilística. .
Caballero Bonald despliega en sus novelas un realismo que se fundamenta en una estrategia compositiva básica: la fusión de niveles de significado mediante la reiteración de una serie de motivos donde se unen lo real y lo simbólico. Así crea una nueva realidad literaria que multiplica la capacidad textual de generar diversas posibilidades interpretativas. Este realismo simbólico presenta tres formulaciones concretas, que dependen de las conexiones que los asuntos narrados establecen con las situaciones cotidianas.
En Dos días de setiembre, las exigencias testimoniales típicas de la novela socialrealista determinan que los vínculos entre los acontecimientos y la vida real sean más explícitos y directos, con lo que se percibe una pretendida contención imaginativa en la libre invención de la realidad. Por el contrario, el realismo de Ágata ojo de gato está conformado por una serie de sucesos prodigiosos que se desarrollan en un escenario que escapa de los límites de lo verosímil y transcurre en el ámbito de lo mítico donde no es insólito lo extraordinario. Y, por último, en Campo de Agramante, se produce una síntesis de ambas versiones del realismo, puesto que la presencia de los elementos increíbles sucede en un entorno habitual, con lo que se obtiene un efecto más intenso.