A finales de 2015, Jorge Lorenzo se proclamó campeón del mundo de Moto GP, convirtiéndose así en el único piloto español en lograrlo en tres ocasiones.
Poca gente sabe que este triunfo empezó a fraguarse mucho antes, concretamente en mayo de 2013, en un quirófano del Hospital General de Catalunya, donde fue operado tras una grave caída sufrida en el circuito de Assen durante los entrenamientos del Gran Premio de Holanda.
Allí, tras despertar de la anestesia, Lorenzo tomó la decisión de seguir luchando, a pesar del dolor y los problemas, para volver a la cumbre del motociclismo mundial. Más de dos años después lo ha logrado.
Y ha demostrado que, con sacrificio, trabajo, talento y obstinación, es posible levantarse herido del asfalto y volver a tocar el cielo.