José de Diego centra su atención en las estrellas de cine erótico de la época dorada: las rotundas muchachas de los años sesenta, los excitantes símbolos del sexo de Hollywood y Cinecittà (...). No se han omitido los mitos eróticos (como Marilyn o B.B.), pero se ha privilegiado a otras que también han sido objeto de adoración de miles de fans.