-Fuera, - les dijo casi en voz baja la chiquilla, se¤alando con su dedito hacia la luz del exterior, - por ah¡ donde est mi mam , hay monstruos... - par ndose como si quisiese comprobar el efecto que hac¡a en los dos ni¤os la confesi¢n o simplemente sintiese verguenza de cont rselo, - es verdad, son muy malos... y se comen las personas. Los cortan en trozos peque¤itos, as¡, as¡... - les indic¢, d ndose golpecitos con una mano sobre el brazo como si estuviese cort ndolo, - y despus se lo comen... - prosigui¢, llev ndose un pedacito de carne imaginario a la boca.