Aparte del inicial legado del latín y de la irrupción reciente del inglés las dos principales aportaciones al léxico del español han sido, en épocas muy diferentes, la del árabe y la del francés. Si la influencia del segundo está bien documentada y ha recibido multitud de estudios, era necesario un diccionario sistemático que reuniera con criterio el acervo léxico procedente del primero. De ahí la importancia y la oportunidad de la obra de Corriente. Ésta recoge los arabismos del castellano, el catalán, el gallego y el portugués, tanto a partir de investigaciones propias como de las informaciones del Diccionario etimológico de Corominas-Pascual y otros especialistas.