Carl Menger, un economista desconocido para la mayoría de los iniciados que han oído hablar de Keynes o Friedman, ha sido el único capaz de dar una explicación satisfactoria del origen de esa institución social que todos conocemos y manejamos, el dinero. Pero el olvido de sus ideas monetarias que han permanecido semiocultas en lengua alemana hasta hace bien poco, ha sido un auténtico lastre para la política que han venido practicando nuestros bancos centrales y ha ocasionado ya dos grandes crisis, destruyendo miles de empresas y millones de puestos de trabajo.
La economía mundial vivió un largo periodo de expansión y mejora de los salarios reales entre 1870 y 1914 mientras Inglaterra pudo mantener la hegemonía de su moneda nacional convertible, la libra esterlina. El dólar convertible de los Estados Unidos fue capaz de sacarnos de la destrucción de una guerra mundial. Pero, con toda seguridad, esto no va a ser lo mismo en ausencia de centros financieros hegemónicos, Como resultado, tendremos que replantearnos el régimen institucional en el que han venido desenvolviéndose, hasta ahora, nuestras instituciones bancarias y que está amenazando directamente la solvencia de los propios Estados.
Los días de la macroeconomía convencional elaborada durante todo el siglo pasado, al margen de las ideas monetarias de Carl Menger, están contados, como percibirá el lector atento de este pequeño ensayo del economista austriaco que había permanecido inédito hasta ahora en nuestro país y viene precedido de una jugosa introducción que firman José Antonio de Aguirre y Lorenzo Infantino de la Fundación Hayek de Roma.