La distancia entre las letras permite que la escritura tenga sentido, la distancia entre los cuerpos permite que estén separados y nos deja movernos y salimos de lo previsto, esperado, programado, calculado. Hay autopistas de sentidos previamente asimilados y supuestos, prescriben lo que debemos pensar, lo que debemos sentir, lo que debemos percibir. Nuestro trabajo es intentar una y otra vez pasear, introducir incertidumbre donde solo hay certidumbres, introducir un poco de anarquía de forma pacífica, salirnos continuamente de la autopista en una tarea sin fin dibujando travesías, relatos o recorridos alternativos, viajes nómadas, en forma de arte, como querría Nietzche.