Cuando se cumplen cincuenta años de la publicación de Pameos y meopas, la poesía de Julio Cortázar ?todo en él era poesía? no ha hecho sino crecer en la consideración de lectores y críticos. Visionario, social, apocalíptico, intrépido, desgajado, ebrio, desarraigado, cáustico, antiburgués, amargo, elegíaco, tierno, expresionista, el Cortázar de Pameos y meopas es el germen de quien escribirá Le ragioni della collera y Salvo el crepúsculo. Adelantado a su tiempo, bebedor de todos los espíritus y todas las posi¬bilidades, el poeta argentino exhibió su conciencia de la crisis que afecta al lenguaje y del peligro que significan la domesticación de la literatura, la acep¬tación de un mundo sustancialmente injusto o el abandono de los grandes ideales de la revolución. En su poesía encontramos un mani¬fiesto vital, escrito a contracorriente, fuera de tiempos y de modas, al hilo de todas las mareas estéticas y personales, en que se renueva la idea del creador como ser órfico, como liberador del lenguaje y del espíritu. Por eso, la fragmentación, la dispersión, el juego, la ruptura, la poli¬fonía o el profundo com