Tras el 75 aniversario de El Principito, llega El Aviador, la segunda parte que Saint-Exupéry no pudo escribir.
Todos hemos fantaseado con visitar el asteroide B-612. Sabíamos que el Principito había recibido la mordedura de la Serpiente y que se marchó para siempre. Pero, ¿murió en realidad? Por desgracia no hemos conocido hasta ahora cómo pudo envejecer el Aviador conviviendo con su ausencia. ¿Qué no daría él para volver a encontrarlo? ¿Se resignó a dejarlo partir? ¿Encontró la manera de llegar hasta su Rosa? Por todo ello, confluyendo con el 75 aniversario de la obra original, El Aviador continúa el relato para mostrarnos de qué manera quedó desolado el París postbélico. Frente a los contornos de Notre Dame y con el fuego extinto de los bombarderos, regresa hasta nosotros la pregunta más difícil de responder: ¿quién soy? Y eso supone contestar de manera indirecta a otra cuestión crucial: ¿quién es para nosotros el Principito? Las preguntas que no respondemos terminan siempre por regresar hasta nosotros. Por eso El Aviador es una epopeya nostálgica que, a través de una mirada tamizada por los últimos ecos del surrealismo, reinterpreta el sonido de las estrellas. El autor asume el reto de hacerte sentir el vértigo creativo que te contagió tu primera lectura de El Principito. Esta es, por tanto y tal vez, la segunda parte que Saint-Exupéry no pudo escribir. No en vano, viene salpimentada por su vida y de su angustia.