En el Estado español, la recogida separada y el tratamiento biológico de los biorresiduos se inicia en Cataluña en 1996. En las mismas fechas, en Gipuzkoa se realizaron las primeras experiencias piloto, que culminaron con la contratación en 1999 del servicio de compostaje de los residuos verdes de parques y jardines. Esta actuación fue ampliándose en las siguientes décadas a los residuos de alimentos de grandes generadores y al conjunto de los biorresiduos domésticos, mediante sistemas avanzados de recogida. Su objetivo era implantar un modelo propio de gestión de los residuos orgánicos, adaptado a las características climáticas, edafológicas, orográficas y urbanísticas del territorio guipuzcoano. Este modelo se ha extendido con éxito al conjunto de Gipuzkoa y a otras regiones de clima oceánico y continental.;Al mismo tiempo, la Diputación Foral de Gipuzkoa implantó la recogida y distribución, entre colectivos desfavorecidos, de alimentos consumibles pero no comercializables generados en grandes superficies comerciales, creó la Red de Compostaje doméstico de Gipuzkoa y se iniciaron las primeras acciones de compostaje comunitario. Contando con el apoyo y asesoramiento de los máximos especialistas europeos, se adoptó el modelo de autocompostaje desarrollado en la región belga de Flandes, pionera en la materia. La progresiva ampliación del autocompostaje ha conducido a unas cifras récord de participación, que han situado a Gipuzkoa al nivel de las regiones europeas reconocidas como líderes en este ámbito.;Este libro pretende transmitir la experiencia y el conocimiento adquiridos en ese largo proceso, en los aspectos a que Gipuzkoa se ha enfrentado durante estos últimos veinte años y no han sido suficientemente desarrollados en otras publicaciones, más orientadas al área mediterránea: el complejo marco normativo, la caracterización y evaluación de la calidad del compost de biorresiduos y sus posibles aplicaciones en las áreas de la horticultura, la jardinería y el paisajismo.;El trabajo es fruto de la actividad profesional del autor en tareas de caracterización del compost al frente del Laboratorio Agroambiental Fraisoro, reconocido como Laboratorio Nacional de Referencia en propiedades físicas de sustratos de cultivo. También como responsable del Servicio de Medio Ambiente, implantando las políticas de prevención, autocompostaje y tratamiento biológico de biorresiduos. Todo ello compaginado con la activa participación en el desarrollo del marco normativo, como representante de AENOR en los Grupos de Trabajo del Comité Europeo de Normalización.